Hace unos días platicaba con un buen amigo, hablábamos sobre perros de gran trascendencia en el denominado pit deporte, cuando comenzaron las competencias de APBT en nuestro país, el perro que competía no sólo lo hacía contra los demás ejemplares, lo hacia contra lo precario de los equipos y también contra lo rústico de las pruebas, antes no teníamos pruebas de salto, ni presa ni velocidad, sólo había obediencia, conformación , un bodrio de test de temperamento, además de pruebas de arrastre de peso con bidones rellenos de agua.
Fue hasta 2003 cuando se hizo prueba de arrastre sobre rieles, y en 2006 organizamos la 1er prueba de salto, y se hizo también prueba de presa, que aunque ésta última no se hacía por vez primera, era si de la primera que se tenía registro; hoy se realizan muchísimas pruebas, la calidad de los ejemplares es variopinta, no hay una selección real en estos ejemplares, unos cuantos garbanzos de a libra, y unos cuantos entusiastas con un criterio serio y verdaderamente enfocado a la crianza responsable de ejemplares funcionales para el deporte.
Hoy son pocos los ejemplares que compitan con éxito en todas las pruebas, no hay ganadores absolutos, son tantas las categorías, tantas las pruebas y tan poca la preparación en los ejemplares; parte de nuestro deber es buscar mejores ejemplares, realizar entrenamientos más metódicos, y propietarios con más hambre de conocimiento.
Son muchas las organizaciones en nuestro país, son varias las ofertas de competencia, ¿cuántas valen la pena? Ligas, asociaciones, clubes, federaciones, sociedades y un infinito etcétera.
Nuestra realidad es dura y tajante, no toda la afición está en Facebook, la canofilia no se hace en internet, y siempre vamos como abanderados de nuestro ego y no del apbt como tanto vociferamos.
Fue hasta 2003 cuando se hizo prueba de arrastre sobre rieles, y en 2006 organizamos la 1er prueba de salto, y se hizo también prueba de presa, que aunque ésta última no se hacía por vez primera, era si de la primera que se tenía registro; hoy se realizan muchísimas pruebas, la calidad de los ejemplares es variopinta, no hay una selección real en estos ejemplares, unos cuantos garbanzos de a libra, y unos cuantos entusiastas con un criterio serio y verdaderamente enfocado a la crianza responsable de ejemplares funcionales para el deporte.
Hoy son pocos los ejemplares que compitan con éxito en todas las pruebas, no hay ganadores absolutos, son tantas las categorías, tantas las pruebas y tan poca la preparación en los ejemplares; parte de nuestro deber es buscar mejores ejemplares, realizar entrenamientos más metódicos, y propietarios con más hambre de conocimiento.
Son muchas las organizaciones en nuestro país, son varias las ofertas de competencia, ¿cuántas valen la pena? Ligas, asociaciones, clubes, federaciones, sociedades y un infinito etcétera.
Nuestra realidad es dura y tajante, no toda la afición está en Facebook, la canofilia no se hace en internet, y siempre vamos como abanderados de nuestro ego y no del apbt como tanto vociferamos.
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